jueves, octubre 29, 2009

DOS HISTORIAS



Con él caminé veredas,
barrio, tango y amapolas.
Sembré de vértigo ausencias,
su mantel, el pan horneado.
Aticé hogueras en barro-horno.
Descubrí mañanas de glicinas,
calandrias, benteveos.

Él rozó lo efímero del silencio,
encerró su canto para lucir palabra.
Bailó milonga entre mis brazos
y sostuvo la luna con su aliento.

Ambos parimos verso a verso
el poema de dos historias,
apenas nos separaba un muro
vencido en primavera.

Y fuimos melodía, adoquín, farola,
Corrientes, obelisco, noche
y distancia que no es distancia
cuando la palabra nos congrega.

©Elisabet Cincotta

ELLA ESPERA




Ella desea la última palabra
redención de tantos desaciertos
la misma que brinde la alegría
de haber costeado los espantos

Ella está desahuciada de lamentos
angustia de despedida sin perdones
oscurece el día aunque la rosa inicial
de primavera otorgue lágrima rocío

Tiembla el pulso otrora firme
quema el olvido entre papeles
no fluye la palabra y sigue
ostentando avances sin dejar huella

Así ceñida de errores ofrece manos
su dolor es más fuerte que la espera
sabrá que no habrá rencores sin la frase

sin embargo aún la espera

©Elisabet Cincotta

lunes, octubre 12, 2009

SE ME ACABA


Se me acaba el tiempo.
La palabra no será más mía.

Se me acaba el camino.
La letra nueva
nunca será escrita.
La mano permanecerá ceniza
y será ruptura la trama
del poema inconcluso.

No habrá más lectura,
ni café, ni soles
que remonten el ánimo,
ni será que sueñe
la danza en sus brazos.

Se me acaba el tiempo.

El tango, sigiloso,
se acomoda, a mi lado,
para susurrar bandoneón
-tristeza- y recabar quebranto

©Elisabet Cincotta