No me arrepiento de tus ojos
en la mañana del encuentro
ni de los labios dormidos en mi boca,
del camino, sin esquinas,
indescifrable del amante.
No me arrepiento de la cueca
que amaneció en las manos
ni del pañuelo jueguero
que mentía amor y mostraba deseo,
del anochecer de tu cama,
la ventana hacia la avenida
donde mil historias similares
se suceden día a día.
No me arrepiento de los roces
de tu imagen en el jardín de los placeres,
ni de las palabras y silencios
que atrapaban el aire
pretendiendo encerrar momentos.
No me arrepiento de la mirada celeste,
de lo incierto del poema
que nació entre violetas callejeras
mientras el horizonte extendía brazos
de adiós en nublada despedida.
Elisabet Cincotta
derechos de autor reservados
3 comentarios:
Para que arrepentirse, si la vida es breve. Intenso poema, Eli, abrazos, Julita
Y para nada arrepentirse. Que arrepentirse de las cosas que nos hicieron vibrar, no es válido, como dice nuestra amiga Julia, la vida es tan breve, que una debería portarse un poquito....¿menos bien? para tener algo bueno que contar...de vez en cuando por lo menos. (mira quién habla, pero es la verdad...jajajajaja)
Una maravilla de poema como siempre. Eso si es un valor perenne en tu poética. Y éste en particular, me encantó...me parece que me repito, pero ¿cómo hago, si cada uno es espectacular?
Besos amiga querida.
Migdalia
8/8/08 15:29
Tus versos tienen una gran particularidad dentro de la poesía. No parecen haberse escuchado antes esas palabras. La decis de una forma tan bella y tan punrual, que de veras, las hacen muy personales. Gracias por tus palabras. Mercedes
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